lunes, 17 de diciembre de 2012

Desde la trastienda.

Desde que tengo uso de razón adulta he querido tener una tienda. Y digo de razón adulta porque cuando era niña quise ser maestra, matemática, arquitecta, secretaria, cantante y/o actriz, y alguna cosilla más...Finalmente estudié artes plásticas y diseño y dirección y proyección de obras de decoración, o dicho en otras palabras, soy decoradora, pero lo que de verdad, de verdad he querido tener siempre, es una tienda.

Una tienda en un local no demasiado grande ni pretencioso, con un escaparate clásico y un toldo a rayas, donde sonara una campanita al entrar y oliera tan bien, que quien entrara en ella no quisiera marcharse tan solo por ese delicioso olor afrutado, y que después descubriera cosas tan bonitas y de materiales tan cuidadamente tratados, que decidiera que es allí donde querría comprar esos objetos.
Yo sería la tendera, siempre me ha gustado esa expresión, y aconsejaría a mi clientela para una mejor elección. Al fondo, el mostrador, donde habría una caja registradora antigua (una chica que tenía una tienda en el barrio donde yo me crie tenía una tienda parecida a la de mis sueños, y tenía una caja registradora así...la tienda se llama Virgilandia...aún existe). En ese mostrador empaquetaría los objetos con sumo mimo, e imprimiendo el caracter de La tienda.

La tienda de mis sueños tiene una trastienda, donde hay una mesa de dibujo, (cuando empezé a soñar mi sueño no existían los ordenadores, ni los programas de dibujo). En la trastienda haría proyectos de decoración. Serían pocos, pero muy cuidados, para poder dedicar al cliente toda mi atención.

En fin...me emociona escribir sobre ello.

Me gusta mi profesión. He podido dedicarme a ella en cierta forma, y en una rama para la que en principio no me preparé, pero he aprendido mucho a lo largo de ya casi 15 años de experiencia en el sector. Y es por ello, y por otros motivos, por los que no he tenido mi tienda...hasta hace unos meses en los que organizando mi boda, y viendo a tantos y tantos emprendedores que con tanta ilusión han podido al menos intentar hacer su sueño realidad...me dije ( y le dije a mi marido)...y por qué no...por qué no intentarlo ahora ...y en Internet.

Así que aquí estamos, recien llegados a este "barrio", con nuestra tienda que esperamos que aunque no podáis oler, si podamos hacer que os guste y querráis al menos pasar un rato y echar un vistazo, curiosear...y por qué no...comprar.

 Bienvenidos y gracias de ésta que os escribe desde la trastienda de La tienda...


Imagen: La tienda a la vuelta de la esquina

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